
Me gusta que la vida me grite TONTA a la cara. Aunque no me encuentre bien ahora mismo las cosas siempre vienen en el mejor momento. Te juro que nunca me he cansado de apoyarte, de estar contigo, de escucharte, de quererte... De lo que sí me he cansado es de ser un puto cero a la izquierda en la mayoría de las ocasiones. Estoy cansada de ser la última de tu lista. De cambiarlo todo por ti. De levantarme muy temprano sólo para verte. De recharzar planes muchísimo mejores para tener unas horas contigo. Estoy cansada de que no me tomes en cuenta. De que tus decisiones no dependan de mí. Pero hace un grato me he gritado yo misma TONTA. Es lo que tienen las viejas historias, que siempre vuelven. Esto pasa por no dejarlo claro en su momento. Porque por mucho que te diga, grite, muestre que necesito más, las cosas son como son.
Odio esa frase. Las cosas son como son. ¿Me quieres decir que nada de ésto va a cambiar? ¿Que las cosas seguirán así?
Lo malo es que no puedo decir se acabó. No tengo la suficiente voluntad ni la fuerza para mantenerme alejada de ti.
Necesito ya esos cuatro días. El año se me hace demasiado largo. Necesito resucitar ya que ando muerta. Ya que poco a poco nos hemos encargado de que muriera. Y necesito resucitar. Como siempre y sin ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario